La superficie destinada al cultivo de nogal en España se ha duplicado en la última década, al pasar de 7.700 hectáreas en 2004 a 15.335 hectáreas en 2022, último año disponible, según la Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esyrce) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La tendencia creciente, principalmente, registrada en los últimos años, responde a que las nueces se están consolidando como un cultivo de alto valor en España, fruto del buen comportamiento que están registrando, en general, en los mercados, así como del resultado de las mejoras agronómicas que se están introduciendo y que permiten incrementar la productividad y la rentabilidad.
El liderazgo del cultivo de nueces en España lo ostenta Castilla-La Mancha, que supera las 3.900 hectáreas; le siguen Cataluña y Extremadura, ambas con 2.000 hectáreas; y más alejadas se encuentran la Comunidad Valenciana, con casi 1.300; Castilla y León, con 1.200; Andalucía, con 1.100; y La Rioja, con algo más de 1.000.
Entre las mejoras que se están implementando para el cultivo de nueces en España destaca la apuesta por el regadío, lo que se ha traducido en un incremento de la superficie de nogales gestionada mediante riego, que ya ha superado, desde 2019, a la extensión cultivada en régimen de secano. En la actualidad, hay 7.915 hectáreas de nogal en regadío y 7.419 hectáreas en secano.
La escasez de agua en el cultivo de nogal reduce la cosecha en cantidad y calidad del fruto, pues este árbol es muy sensible a la sequía. Debido a ello, aunque aún no hay estimaciones oficiales sobre la campaña de nueces 2022/2023 en España, los expertos prevén una reducción en el volumen de la cosecha debido a la falta de lluvias y a las condiciones climatológicas adversas.
Retos y oportunidades
Según los datos que maneja el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), especializado en frutos secos, la producción de nuez en España ronda las 7.000 toneladas, mientras que el consumo de este fruto seco es de unas 13.000 toneladas. Esta situación, a priori, supone una ventaja para los productores de nueces. Sin embargo, existe una tendencia a la importación de nuez procedente, sobre todo, de California (Estados Unidos), cuya inercia es necesario romper por parte de los productores españoles, pues la nuez nacional es de una gran calidad, reconocida por los expertos.
Estas importaciones de nueces californianas han provocado un descenso en la evolución del precio cotizado en España en las últimas campañas, cambiando la tendencia que se había registrado entre 2010 y 2017.
Para que la nuez española se posicione mejor en el mercado nacional frente a la importada, el sector productor debe hacer frente a una serie de retos estructurales. Por un lado, ha de dar un salto hacia un mejor sistema de comercialización, en el que pueda negociar mejor el precio de venta, pues en la actualidad, es un sistema muy atomizado con una parte muy importante de venta directa. Para mejorar la rentabilidad vía precio, los expertos abogan por mejorar la estrategia de venta, poner en valor el producto de proximidad, cultivado y entregado al consumidor bajo un modelo sostenible, unido a una mayor promoción de su reconocida calidad.
Otros desafíos que el sector productor de nuez en España debe afrontar son las restricciones fitosanitarias, cada vez mayores, unidas a la emergente aparición de plagas y enfermedades. Además, es necesario desarrollar nuevos materiales que se adapten a las condiciones climáticas cada vez más extremas (sequía persistente, elevadas temperaturas, heladas en épocas poco frecuentes, etc.).
Por ello, la innovación se considera una herramienta fundamental para hacer frente a estos retos, unida a la optimización de los recursos disponibles, tanto de suelo como de agua, de ahí la importancia de contar con asesoramiento integral especializado como el que ofrece Agbar Agriculture para cultivar nogal con una adecuada rentabilidad, minimizando los riesgos en la toma de decisiones, gracias a un análisis previo de la viabilidad técnica y económica del proyecto, con un diseño eficiente, una ejecución correcta del mismo y una gestión y mantenimiento adecuados de la finca, incluida la instalación del sistema de riego más adecuado.
En términos generales, según los expertos, las necesidades hídricas mínimas para cosechar 1.000 kilos por hectárea son de 1.500 metros cúbicos de agua por hectárea al año; mientras que para alcanzar los 4.000 kilos por hectárea, de buen calibre, son necesarios entre 6.000 y 7.000 metros cúbicos por hectárea al año, lo que refleja la importancia de contar con un óptimo sistema de riego para el cultivo de nogal.