La nueva PAC 2023-2027, que ha entrado en vigor el pasado 1 de enero de 2023, tiene en cuenta los denominados ecorregímenes o ecoesquemas, que hacen especial hincapié en las prácticas beneficiosas con el medioambiente y ponen a disposición del agricultor la posibilidad de ligar sus ayudas al nivel de compromiso que mantenga con el desarrollo de un modelo productivo más sostenible.
Con las características que posee la agricultura española, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación considera que los principales retos que tiene el productor a la hora de aplicar los ecorregímenes se centran en efectuar al menos una práctica sostenible con el medioabiente que puedan realizar en su explotación; llevar a cabo prácticas que conlleven un compromiso anual y no sean complejas de realizar, además de ser compatibles con la denominada ‘Caja Verde de la Organización Mundial del Comercio’, es decir, que no contengan un componente de productividad.
Por su parte, la aplicación de los ecoesquemas puede servir de impulso a una serie de oportunidades, tales como la remuneración de los compromisos medioambientales de los agricultores; el avance de la diversidad del campo y de un modelo productivo más sostenible, en la línea de lo recogido por el Pacto Verde Europeo y las estrategias ‘De la granja a la mesa’ y ‘Biodiversidad’, mejorar la imagen que tiene el ciudadano del sector agrícola.
Aplicación de los ecorregímenes
En España, se contemplan dos grupos de ecorregímenes, en función de sus objetivos generales. Por un lado, los destinados a promover una agricultura baja en carbono, para la reducción de las emisiones netas de gases de efecto invernadero. Entre ellos, destacan las prácticas agrícolas de conservación, el uso de cubiertas vegetales y la aplicación de un sistema de pastoreo extensivo. Y, por otro, los ecorregímenes orientados a promover la agroecología, es decir, a promover la biodiversidad en las explotaciones, tales como la rotación con especies mejorantes, la preservación de áreas no productivas en las fincas y la siega sostenible de pastos.
Los expertos estiman que los ecoesquemas representarán en torno al 24% de las ayudas del primer pilar de la nueva PAC en España, lo que significa una cifra de alrededor de 1.000 millones de euros, de ahí la importancia de conocer su funcionamiento para que el agricultor pueda elegir el más adecuado para su tipo de explotación, de forma que le permita acceder a la correspondiente ayuda.
La PAC 2023-2027 en cifras
La Unión Europea destina un presupuesto muy importante a la política agroalimentaria. En el año 2019 supuso más del 35% del total del presupuesto comunitario, con una cifra que rozó los 58.000 millones de euros.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, se estima que en España trabajan más de 650.000 personas en la agricultura y la ganaderestaránía, cifra muy similar a la que recoge el Ministerio de Agricultura, que indica que hay alrededor de 630.000 productores potenciales receptores de las ayudas de la nueva PAC.
Con la actual reforma, los agricultores españoles recibirán 47.700 millones de euros en el periodo comprendido entre 2023 y 2027, lo que significa que España será el tercer país más beneficiado de la UE, solo superado por Francia y Alemania.
Contexto actual
La PAC 2023-2027 arranca en una coyuntura económica complicada. Considerada la reforma agraria más ambiciosa de su historia desde el punto de vista medioambiental y la segunda más profunda en lo relativo a los cambios producidos en la gestión de los fondos, la nueva Política Agraria Común llega después de los efectos del Covid-19 y tras un año de transición inédito debido a la crisis de precios de la energía y de los alimentos desencadenada tras la guerra de Ucrania; además, en un contexto de inflación y de tensiones logísticas, lo que ha incrementado la incertidumbre ante la menor disponibilidad de materias primas, lo que ha provocado una subida media anual de los costes de producción de un 30%, que ha alcanzado el 200% en el caso de los fertilizantes.