Principales novedades de la PAC 2023-2027
La nueva Política Agraria Común (PAC), que se aplicará en el periodo comprendido entre 2023 y 2027, ha entrado en vigor el pasado 1 de enero de 2023 y se presenta como una excelente oportunidad para que los agricultores obtengan ayudas orientadas a prácticas sostenibles, en lugar de estar ligadas al cumplimiento de requisitos en cultivos concretos.
En concreto, la PAC 2023-2027, que recoge el relevo de la anterior reforma, que finalizó en diciembre de 2021, recoge una política orientada a conseguir resultados concretos, relacionados con estos tres objetivos: fomentar un sector agrícola inteligente, competitivo, resiliente y diversificado que garantice la seguridad alimentaria a largo plazo; apoyar y reforzar la protección del medioambiente y la biodiversidad, impulsando la acción por el clima y contribuyendo a alcanzar los objetivos medioambientales y climáticos de la Unión Europea, entre ellos, el Acuerdo de París; y fortalecer el tejido socioeconómico de las zonas rurales.
El pasado 27 de diciembre de 2022, el Consejo de Ministros aprobó un paquete legislativo compuesto por ocho reales decretos para regular la actividad agrícola a partir de 2023, con la vista puesta, especialmente, en la aplicación de la PAC 2023-2027. En concreto, seis de estos reales decretos se centran en la gestión de las ayudas de la PAC: gobernanza, actuaciones del plan estratégico, requisitos comunes y solicitud única, ayuda básica a la renta para la sostenibilidad, condicionalidad reforzada y condicionalidad social, gestión y control de las intervenciones y el Sistema de Información de las Explotaciones (SIEX). La regulación de la PAC en España se completa con la ley sobre el sistema de gestión de la Política Agraria Común y los reales decretos de intervenciones sectoriales de frutas y hortalizas, vitivinícola y apícola.
Novedades
Entre las principales novedades de la nueva PAC destaca el incremento de los objetivos medioambientales y un diseño que otorga más responsabilidad a los Gobiernos a la hora de decidir el destino final de las ayudas, atendiendo a sus planes estratégicos nacionales. Cuenta con dos pilares, uno de apoyos directos y medidas de mercado, y el otro, orientado al desarrollo rural, con programas cofinanciados por los Estados miembros para potenciar actividades distintas o complementarias a la agricultura.
La reforma introduce los denominados ecorregímenes o ecoesquemas, que se traducen en que el 25% de las ayudas se destinarán a prácticas beneficiosas con el medioambiente. Además, prima la rotación de cultivos y la obligación de barbecho, aunque se encuentran interrumpidas debido a la crisis actual derivada de la guerra en Ucrania.
Por otro lado, se incluye un pago redistributivo para las pequeñas empresas agrícolas, con el objetivo de que las ayudas sean más equitativas. Y establece la denominada condicionalidad social de las ayudas, lo que significa que estarán vinculadas al respeto a los derechos laborales, de aplicación en 2024 en España.
La PAC debe encontrar el equilibrio entre el aumento de la productividad para afrontar el reto de alimentar a una población creciente, y la seguridad alimentaria, esta última, relacionada con la necesidad de llevar a cabo una nutrición sostenible de los suelos, así como un uso sostenible de los productos fitosanitarios. Todo ello será fundamental para conseguir los objetivos del plan estratégico ‘De la granja a la mesa’, iniciativa clave en el marco del Pacto Verde Europeo.
Una de las herramientas esenciales para una correcta aplicación de las directrices de la nueva PAC es el cuaderno de campo o cuaderno de explotación, que será obligatorio a partir del 1 de septiembre de 2023. Se trata de una herramienta que otorga un papel fundamental a la figura del asesor agronómico, encargado de apoyar y ayudar a los agricultores en su uso y la implantación.