Cultivo de Avellano, gran potencial y mejora | Agbar Agriculture

Agbar Agriculture

Avellano, el cultivo ‘dormido’ que posee un gran potencial de mejora y rentabilidad

cultivo de avellano

El avellano es un cultivo leñoso enmarcado dentro de los frutales no cítricos, típico de Europa y Asia, cuyo fruto es la avellana, que puede producirse de forma silvestre o cultivarse por el hombre para obtener este fruto seco, muy recomendable en dietas por su alto contenido en proteínas, fibra, vitamina E, antioxidantes y minerales. Entre sus beneficios, la avellana previene contra enfermedades cardiovasculares, estimula el sistema inmunitario y ayuda a regular el colesterol.

En España, el cultivo de avellano ha descendido levemente en el último año, al pasar de algo más de 16.200 hectáreas a las actuales 16.000, según recoge la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, relativa a 2021. La tendencia mantiene la evolución a la baja iniciada a principios de la década de los 90, cuando llegaron a registrarse más de 35.000 hectáreas. Por comunidades autónomas, se focaliza en Cataluña, que cuenta con 14.500 hectáreas ubicadas, mayoritariamente, en Tarragona; seguida a una gran distancia de la Comunidad Valenciana, que cultiva algo más de 1.300.

España ha perdido posiciones en el ranking mundial de producción de avellana en los últimos años, en el que llegó a ocupar la tercera posición. El principal país productor es Turquía, con cerca del 70% del total, seguido en la distancia por Italia, con el 11%. Ambos están incorporando nuevos desarrollos mientras que países como Azerbayán, Georgia y Estados Unidos han ganado posiciones, adelantando a España, que, a pesar de ello, se mantiene entre los diez primeros puestos.

El cultivo de  avellano está creciendo prácticamente en todo el mundo menos en España, donde la superficie ha caído de forma espectacular progresivamente desde los años noventa. En concreto, mientras en 1988 la superficie de cultivo de avellano en España era de 36.200 hectáreas, en 1992 había disminuido hasta las 35.500 hectáreas y desde entonces el descenso ha sido continuo hasta la actualidad.

Por su parte, la demanda mundial de avellana no para de aumentar, por encima del volumen de producción, gracias a la percepción que hay en el mercado acerca de los beneficios de su consumo, que forma parte de la dieta mediterránea, aportando equilibrio, lo que arroja unas interesantes perspectivas de futuro para apostar por el cultivo de avellano.

La producción de avellana en España no alcanza para satisfacer la demanda doméstica, por lo que este déficit se cubre con la importación de este fruto seco. Además, una vez que se realiza un adecuado proceso de industrialización, una buena parte de la avellana importada se canaliza hacia el mercado exterior, con los países europeos como principales destinos, sobre todo, Alemania y Francia.

Claves para cultivar avellano con éxito

Para cultivar avellano con éxito, hay que tener en cuenta cuáles son las características idóneas para su desarrollo. El avellano es considerado un arbusto de zonas húmedas con importantes necesidades hídricas, de ahí que, en ausencia de lluvias, requiere contar con un adecuado sistema de regadío para arrojar unas cifras de producción óptimas.

Por este motivo, la mayoría de la superficie cultivada en Cataluña, casi 8.000 hectáreas, disponen de riego, que arrojan una productividad de unos 1.250 kilos de fruto en cáscara, con un rendimiento de grano superior en un 10% a las avellanas obtenidas en secano. Esta superficie de regadío refleja que aún queda un gran potencial por desarrollar en regadío, pues hay cerca de 6.700 hectáreas en régimen de secano en Cataluña y más de 1.300, su totalidad, ubicadas en la Comunidad Valenciana.

Además, hay zonas de España que, por sus características climatológicas y agronómicas, se consideran adecuadas para cultivar avellano, cuyos factores más determinantes son el clima y el suelo. Es fundamental conocer tanto las temperaturas invernales como estivales y la acumulación de horas de frío y de calor necesarias para completar su ciclo anual. Saber cuál es la pluviometría anual y su distribución en el tiempo, así como la disponibilidad de agua para riego suponen factores esenciales. Con estas condiciones, los territorios más indicados para cultivar avellano se encuentran en el área norte y en determinadas zonas del este y el sur de España, en concreto, en algunas zonas de Asturias, País Vasco, Navarra, La Rioja, Castilla y León, Aragón y Andalucía, además de Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde ya existe una potente implantación.

Aunque requiere agua para su óptimo nivel de producción, las necesidades hídricas del avellano son inferiores a las de otras muchas especies de frutales. Disponer de la cantidad adecuada durante las fases críticas de desarrollo del cultivo, entre los meses de marzo y agosto, principalmente, es fundamental para mejorar la producción, tanto en calidad como en cantidad. La diferencia entre un aporte hídrico o cultivar en secano significa reducir la cosecha de avellana hasta unos 750 kilos por hectárea en zonas lluviosas y sin sistema de riego e, incluso, hasta los 500 kilos en aquellos cultivos con menor pluviosidad y que dependen únicamente de los recursos caídos del cielo.

Según los expertos, un adecuado riego en el avellano favorece la diferenciación de las yemas florales, aumenta el índice de superficie foliar y la tasa de fotosíntesis, mejora la asimilación de nutrientes, adelanta la entrada en producción, reduce la alternancia e incrementa el calibre del fruto. Se ha demostrado que el riego por goteo es el sistema más eficiente, pues consigue niveles de producción mayores que otros utilizando menos agua y nutrientes. Además, es importante medir la humedad del suelo para aumentar aún más la eficiencia del riego, así como de los fertilizantes y de la energía que se emplea.

En cuanto a los requerimientos del suelo, el cultivo de avellano se desarrolla de forma más eficaz en aquellos con pH neutro o ácido, fértiles y con buena permeabilidad, de textura media, con un importante contenido de materia orgánica, de forma que favorecen el desarrollo de su sistema radicular, que es superficial (hasta unos 60 centímetros), de crecimiento lateral y con menos capacidad de exploración en profundidad que otros frutales.

Por su carácter de planta arbustiva, la poda de formación del avellano ha de realizarse teniendo en cuenta su naturaleza para, posteriormente, estimular una cantidad moderada de crecimiento anual, ya que fructifica lateral y terminalmente en ramas del año anterior. Es aconsejable facilitar el acceso de luz al centro de la copa.

Existe la opción de cultivar avellano intensivo en seto como forma de incrementar la productividad mediante un sistema de producción similar al de otros cultivos en los que ya está funcionando con éxito, basado en los conceptos de eficiencia y sostenibilidad, todo ello, utilizando las mejores variedades adaptadas a cada zona de producción. A escala internacional, los sistemas de plantación tienden hacia la intensificación, con la generalización de árboles monotronco, con menor volumen de copa y una mecanización creciente de poda y recolección.

En este contexto, el sistema de producción ecológica, por la menor incidencia de plagas y enfermedades del avellano en comparación con otros frutos secos, aporta otro valor añadido a la hora de conseguir mejores precios en la comercialización. A ello se une el mantenimiento y la conservación de áreas rurales asociadas a este cultivo, con la consiguiente creación de empleo, lo que añade otro importante valor paisajístico y económico al avellano.

Respecto a la recolección, se debe llevar a cabo cuando el fruto alcanza la madurez adecuada, al inicio del otoño. Se puede cosechar de forma manual o mecanizada, amontonando el fruto bajo el árbol para su recogida. Para alcanzar un grado óptimo de calidad, la recolección debe realizarse con poca humedad y de forma rápida. Después, la avellana se limpia, separando las hojas, piedras y demás impurezas, para su almacenamiento en cáscara.

Cómo aprovechar el potencial de la avellanas

La demanda mundial creciente de avellana y las posibilidades de implantación que existen en España sitúan el cultivo de este fruto seco como una gran alternativa, al reunir las características de un cultivo de alto valor. Para analizar las opciones de establecer una explotación de avellano con todas las garantías, es recomendable ponerse en manos de técnicos con la suficiente experiencia para que sirvan de guía en la toma de decisiones y ayuden a establecer una hoja de ruta en cada fase del proyecto, minimizando los riegos y garantizando las mejores condiciones de financiación.

Además, hay que tener en cuenta la situación actual de este subsector agrícola, con alrededor del del 40% de los productores mayores de 60 años; una actividad muy atomizada y poco profesionalizada, con una superficie media por explotación muy pequeña, en muchos casos, por debajo de una hectárea, lo que reduce las posibilidades de obtener una adecuada rentabilidad.

Con estos datos en la mano, el cultivo de avellano en España tiene ante sí el reto de modernizarse, dar el necesario relevo generacional, incrementar el área de cultivo medio de cada finca, apostar por el regadío para aumentar la productividad e incorporar tecnología, ya sea maquinaria para las labores agronómicas, como herramientas digitales para monitorizar y controlar los parámetros más necesarios, entre ellos, la humedad y los nutrientes.

Por otro lado, debe apoyarse en la calidad de la avellana que se cultiva en España, reconocida a través de sellos de calidad certificada como la Denominación de Origen Protegida de Reus, única en el territorio español (en Europa solo hay tres más, todas ellas, inscritas en Italia). Esta denominación tarraconense aglutina a más del 80% de la producción de avellanas de España, con alrededor de 1.300 agricultores. Además, es importante reforzar la imagen de este fruto seco con adecuadas campañas de marketing para promocionar su consumo entre la población, que apenas alcanza el 3% del total como aperitivo, frente al 6-7% en otros países productores, lo que supone otra palanca de crecimiento y de valor añadido para los agricultores de avellano.

    Más información

    Rellena el formulario para obtener más información. Nos pondremos en contacto contigo.


    ACEPTO RECIBIR INFORMACIÓN COMERCIAL DE AGBAR Y OTRAS EMPRESAS DEL GRUPO AGBAR.

    ACEPTACIÓN DE POLÍTICA DE PRIVACIDAD: EL RESPONSABLE DEL TRATAMIENTO ES AGBAR SUS DATOS SERÁN TRATADOS CON EL FIN DE GESTIONAR DE GESTIONAR SU SOLICITUD, Y EN EL CASO QUE HABER DADO SU CONSENTIMIENTO, PODER REMITIRLE INFORMACIÓN COMERCIAL. PUEDE ACCEDER A SUS DATOS, SOLICITAR QUE SE MODIFIQUEN, SUPRIMAN O SE LIMITEN, EJERCER EL DERECHO A LA PORTABILIDAD U OPOSICIÓN EN DETERMINADOS SUPUESTOS.

    GUÍA PARA LA PODA DEL PISTACHERO

    DESCARGAR LA GUÍA

    Completa el formulario para recibir en tu email la guía.

      Acepto recibir información comercial de Agbar y otras empresas de Agbar.

      Descargar estudio

      Completa el formulario para recibir en tu email el estudio.

        GUÍA PARA EL CULTIVO ÓPTIMO DEL AGUACATE

        DESCARGAR EL ESTUDIO

        Completa el formulario para recibir en tu email el estudio.

          Acepto recibir información comercial de Agbar y otras empresas de Agbar.

          Call Now Button