La situación de sequía que está padeciendo España en los últimos años está influyendo en el correcto desarrollo de los cultivos, mermando la capacidad productiva de muchos de ellos y, a la postre, afectando a la rentabilidad que generan. El olivar es uno de los cultivos afectados por la escasez de lluvias y, como consecuencia, la cosecha de 2022/2023 se ha visto reducida en un 50% en comparación con las campañas anteriores. Unido a la sequía, las elevadas temperaturas registradas durante largos periodos han diezmado aún más la producción de aceite de oliva en España.
Así lo recoge el Consejo Oleícola Internacional (COI), la campaña de aceite de oliva en España registró 1.412.000 toneladas en 2021/2022, mientras que en la 2022/2023 ha contabilizado 780.000 toneladas, lo que significa un descenso del 47,7% y representa la peor campaña del sector desde la de 1995/1996.
Si tenemos en cuenta los datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la producción de aceite de oliva es aún menor, pues ofrece una cifra de 659.080 toneladas, un 55,7% inferior a la del año anterior. La información del Ministerio de Agricultura desglosa la campaña por comunidades autónomas, destacando Andalucía, con una cosecha de 504.865 toneladas, frente a las 1.149.515 de la campaña anterior, seguida de Castilla-La Mancha, con 70.144 toneladas, mientras que el año anterior arrojó 126.173; y Extremadura, que registra 40.960 toneladas, frente a las 117.060, la anterior de 2021/2022.
Como consecuencia de ello, el sector del aceite de oliva en España está contabilizando las cifras más bajas de existencias de los últimos años, con 530.000 toneladas, según los últimos datos disponibles, correspondientes al cierre del pasado mes de mayo, dato que contrasta con las 950.000 toneladas en la misma fecha del año anterior. Asimismo, el precio del aceite de oliva se ha incrementado y cotiza a 7,68 euros el kilo, en el caso del aceite de oliva virgen extra, y a 7 euros el kilo para el aceite de oliva virgen; destaca también el precio del aceite de oliva lampante, a 6,53 euros el kilo.
En España se cultivan 2.768.267 hectáreas de olivar, según la última Encuesta sobre Superficies y Rendimientos Cultivos (ESYRCE), correspondiente a 2022, que revela que se ha detenido la tendencia de crecimiento que se venía experimentando en los últimos años en el área dedicada a olivar en España. Esta evolución también se ha reflejado en la superficie de olivar cultivada en régimen de regadío, que no había dejado de crecer hasta 2022, cuando ha experimentado un ligero retroceso del 1%.
Tecnificación y agua, principales retos
Entre los retos de futuro más importantes para el cultivo del olivar en España destacan la necesidad de modernizar el sector, a través de una mayor tecnificación, y la escasez de agua a causa de la sequía, con el objetivo de seguir mejorando la competitividad y garantizando una adecuada rentabilidad para los productores. Además, es importante la incorporación de estrategias de impulso a la economía circular para generar un valor añadido complementario.
Para afrontar el desafío de la falta de recursos hídricos, es fundamental optimizar el agua disponible, así como el aprovechamiento de todas las fuentes alternativas posibles, principalmente, las procedentes de la regeneración y la desalación.