Como vimos en la entrega anterior (¿Qué es la Agricultura regenerativa?), la agricultura regenerativa se basa en una serie de prácticas que buscan rehabilitar los suelos y crear sistemas agrícolas más resilientes y sostenibles a largo plazo. Pero, ¿cuáles son los beneficios específicos?
Beneficios de la agricultura regenerativa
En primer lugar, las prácticas regenerativas mejoran drásticamente la fertilidad y estructura de los suelos. Al evitar su perturbación excesiva, fomentar la cobertura vegetal y aportar materia orgánica, se crean condiciones ideales para la vida microbiana del suelo, que es clave para liberar nutrientes de forma natural.
Además, los suelos regenerados tienen una mayor capacidad de captación y retención de agua, lo que los hace más resistentes a sequías y otros efectos del cambio climático. La biodiversidad también se ve incrementada, tanto sobre la superficie como bajo tierra con más microorganismos y artrópodos beneficiosos.
Pero los beneficios van más allá: los suelos sanos y ricos en materia orgánica actúan como sumideros de carbono, secuestrando CO2 de la atmósfera y contribuyendo a mitigar el calentamiento global.
Un ejemplo inspirador es la empresa Danone, que a través del programa Regenerative Agriculture está impulsando que sus más de 50,000 proveedores de leche adopten prácticas regenerativas en sus granjas. Hasta ahora, cuentan con un gran número de iniciativas en todo el mundo que están ayudando a que sus proveedores empleen estas prácticas.
Otro caso es la compañía General Mills, que en 2020 se comprometió a que el 400.000 ha se convirtieran a agricultura regenerativa para 2030. Han capacitado a miles de agricultores y ya están viendo mejoras en la salud de los suelos.
¿Cuáles son los retos de la agricultura regenerativa?
Sin embargo, la transición hacia la agricultura regenerativa no está exenta de desafíos. Los costos iniciales de implementar nuevas prácticas y adquirir equipos como sembradoras de siembra directa pueden ser una barrera. La capacitación y asistencia técnica también son claves para que los agricultores puedan adoptar estos sistemas exitosamente. Otro reto es el acceso a mercados que valoren y paguen un premium por productos regenerativos. Afortunadamente, grandes empresas como las mencionadas están creando esas oportunidades al exigir estas prácticas en su cadena de suministro. En resumen, la agricultura regenerativa ofrece una vía prometedora para producir alimentos de forma sostenible, combatir el cambio climático y restaurar los suelos degradados. Si bien implica una curva de aprendizaje, cada vez más agricultores y empresas están dando el paso hacia este modelo que beneficia tanto al planeta como a las futuras generaciones.