Juan Vilar Hernandez, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, profesor permanente en excedencia de la Universidad de Jaén, analista agronómico internacional, ostenta diversos postgrados, Director del MBA Oleícola de la Universidad de Jaén y CEO y fundador de Juan Vilar Consultores Estratégicos, con presencia internacional y soporte a entidades públicas y privadas de los cinco continentes, nos da a conocer cómo prevenirse ante la ebullición del cultivo permanente.
En la actualidad de los 150 millones de km cuadrados que suponen los continentes, es decir, excluyendo mares y océanos, tan solo el 30 por ciento, (4.400 millones de hectáreas), son tierras cultivables, mientras que el 10 por ciento, 1.530 millones de hectáreas, se encuentran realmente cultivadas. De las mismas, el 77 por ciento es secano, y el 23 por ciento son tierras con disponibilidad de agua. Es decir, más de los 3 cuartos de la disposición de tierras cultivables no disponen de agua en su cultivo.
El cultivo permanente, es decir, leñosos, suponen de forma conjunta 48 millones de hectáreas, tan solo el 3 por ciento del total de tierras cultivadas en el planeta, y algo más del 1 por ciento de las cultivables, el de mayor importancia es el olivo (24%), seguido por el café (16%), la vid (15%), naranja (6%), mandarina (5%), almendro (4%), melocotón y nectarina (3%), pistacho (3%), nogal (2%), avellano (2%), completado por un largo etcétera.
Y es que el cultivo permanente de forma gradual está, paso a paso, restando interés a los denominados cultivos anuales, los motivos son fundamentalmente 3, la especialización, es decir, al escoger un cultivo permanente, por el efecto experiencia se acaba siendo experto en dicha actividad, encontrando de forma más rápida la eficiencia, la segunda razón es que los leñosos ya no son tan permanentes, es decir, el proyecto económico es amortizable en algunos casos en menos de 7 años, con lo cual, la flexibilidad en la explotación de los cultivos de este tipo con la tecnología actual es especialmente elevada, y la tercera razón es que los cultivos en cuestión son más biodiversos, rentables y sostenibles, además de eficientes, y eficaces que otros tipos de cultivo, si se utiliza la tecnología adecuada y se optimizan los recursos.
No obstante como hemos visto, el cultivo permanente ocupa 48 millones de hectáreas, y los usuarios finales resultan ser los mismos, circunstancia por la cual, interactúan y compiten, unos con otros, en la disponibilidad de tierras, debido a la confluencia entre oferta y demanda, y su incidencia sobre las cotizaciones en origen, como ejemplo, vamos a ver cómo confluyen económicamente, y de forma reciente almendro y olivo, primer y sexto leñoso, respectivamente, por orden de importancia en superficie.
El almendro está presente en 46 países de los 5 continentes, la superficie es de 2,2 millones de hectáreas, los mayores productores son Estados Unidos (80%), España (5%), y Australia (3%), en cuanto a consumo, Estados Unidos es el mayor consumidor de almendra del planeta, mientras que España es el primer importador, luego, en la Península Ibérica existe una oportunidad con el cultivo de la almendra, por ser producto deficitario desde la perspectiva de la oferta y la demanda.
En cuanto al olivo, está presente en 66 países de los 5 continentes, constituyendo 11,6 millones de hectáreas, la totalidad de área cubierta por olivos, es decir, la superficie de olivar mundial supera en algo más de 5 veces a la de almendro, siendo España el mayor productor, y el segundo más alto consumidor, algo parecido a lo que sucede con la almendra.
Hasta 2017/18, se plantaban en el planeta 150 mil hectáreas de olivar por año, mientras que de almendro tan solo 15 mil, no obstante, debido a los escasos precios del aceite de oliva de aquellos años, se abandonaron en el planeta 210 mil hectáreas de olivar, se pasaron a plantar tan solo 40 mil hectáreas por año, mientras que de almendro se pasaron de 15 mil a 60 mil hectáreas plantadas por ejercicio, es decir, este leñoso, el almendro, desplazó el interés de los olivicultores sustituyendo al olivo por el citado cultivo permanente, de hecho, tras 22 años, aquel fue el primero en que la superficie de olivar decreció en el ámbito mundial.
Todo ello, unido a la actual situación climatológica, hizo que las cotizaciones en origen de aceites de oliva se desplazaran hacia arriba, casi en un 200% en algunos casos, luego existe una relación entre la plantación de almendro y las cotizaciones en origen del aceite de oliva, y dicha relación puede ser de impacto positivo, como ha sucedido en este caso, pero también podría afectar a la inversa, esto lo veremos en un futuro a medio plazo, y también intentaremos explicarlo.
Por lo tanto, y como conclusión del presente trabajo, resulta vital para emprender la actividad de explotación de cultivos permanentes, conocer el sector o rodearse de gente que lo conozca, analizar las tendencias futuras de oferta, demanda y cotizaciones, elegir una finca adecuada en orografía, si es posible, que ostente una elevada dotación de agua, llevar a cabo una adecuada implantación de los árboles, red de regadío, instalación de recursos de explotación y sensorización, lo que nos permitirá ser condescendientes con el medio, la biodiversidad y desempeñar una actividad sostenible y, por último, conocer o rodearse de quien domine de forma adecuada el manejo del tipo de cultivo elegido, de este modo, se conseguirá tener una explotación rentable, sostenible, eficiente, biodiversa y, además, evitar que la interactuación con el mercado de otros leñosos no deje nuestro resultado económico en manos de la vulnerabilidad y el devenir del entorno.