Contar con un sector productor de alimentos potente y sólido, capaz de resistir momentos con cambios y garantizar un suministro adecuado es fundamental. El papel del agricultor, en este sentido, es uno de los roles más importantes para garantizar el acceso a productos alimentarios.
Pero una potencial escasez de alimentos no puede darse únicamente en situaciones puntuales de crisis, sino también por otros factores como el crecimiento de la población. La ONU estima que, para el año 2050, seremos 1.500 millones de personas más en el mundo. En este contexto, serán necesarias cada vez mayores cantidades de alimentos para poder satisfacer las necesidades de todos. Cada vez son más los que ven en la agricultura una solución de futuro para garantizar un crecimiento sostenible de la población.
Pero debemos tener en cuenta que el crecimiento de la población mundial irá unido al de las grandes ciudades, que se extenderán para dar cobijo a esta ciudadanía urbana en auge.
¿Cómo garantizar el alimento para más personas, contando con los recursos disponibles para producirlo?
Pero una potencial escasez de alimentos no puede darse únicamente en situaciones puntuales de crisis, sino también por otros factores como el crecimiento de la población. La ONU estima que, para el año 2050, seremos 1.500 millones de personas más en el mundo. En este contexto, serán necesarias cada vez mayores cantidades de alimentos para poder satisfacer las necesidades de todos. Cada vez son más los que ven en la agricultura una solución de futuro para garantizar un crecimiento sostenible de la población.
Pero debemos tener en cuenta que el crecimiento de la población mundial irá unido al de las grandes ciudades, que se extenderán para dar cobijo a esta ciudadanía urbana en auge.
¿Cómo garantizar el alimento para más personas, contando con los recursos disponibles para producirlo?
El agricultor ocupa el rol principal en esta situación. El trabajo rural, tan denostado a veces desde ciertos medios y sectores, es en realidad el mayor aval que asegura el acceso a alimentos de forma habitual, sea cual sea el contexto. En estos meses tan complicados, el trabajo de los agricultores está siendo determinante para que grandes superficies, distribuidores y locales puedan garantizar un suministro estable de alimentos a la población. Y es que es en los momentos críticos cuando se demuestra la importancia real de las cosas que, en demasiadas ocasiones, damos por sentadas.
El trabajo que desarrolla cada agricultor implica tomar importantes decisiones en muchos momentos críticos (el tipo de cultivo, el riego a emplear, y un largo etcétera, que pueden determinar el éxito o el fracaso de una explotación agraria), desarrollar el trabajo con dedicación y entrega absolutas y luchar de forma activa contra cualquier amenaza para la continuidad de sus cultivos (como, por ejemplo, los efectos de la sequía sobre sus tierras en épocas de gran estrés hídrico).
El desarrollo y la inversión en el trabajo del agricultor, en el presente y futuro de la agricultura es, en definitiva, garantía de estabilidad para todos. El sector primario se presenta como garantía de crecimiento sostenible en un escenario en el que cada vez será más importante y complejo asegurar una fuente de sustento. El agricultor es la primera y última línea de defensa ante los retos que plantea la emergencia climática, el aumento de población y crisis puntuales, y sólo apostando por su trabajo podremos garantizar la seguridad alimentaria para todos.
En el futuro, será necesario desarrollar tecnologías agrícolas capaces de optimizar la productividad de cultivos, permitiendo producir más con menos recursos. La optimización de recursos agrícolas es un paso esencial para garantizar el acceso a una alimentación sana, variada y suficiente, en cualquier circunstancia. Es importante dotar al agricultor con las soluciones adecuadas para responder a los retos que plantea el futuro de la alimentación.
El trabajo que desarrolla cada agricultor implica tomar importantes decisiones en muchos momentos críticos (el tipo de cultivo, el riego a emplear, y un largo etcétera, que pueden determinar el éxito o el fracaso de una explotación agraria), desarrollar el trabajo con dedicación y entrega absolutas y luchar de forma activa contra cualquier amenaza para la continuidad de sus cultivos (como, por ejemplo, los efectos de la sequía sobre sus tierras en épocas de gran estrés hídrico).
El desarrollo y la inversión en el trabajo del agricultor, en el presente y futuro de la agricultura es, en definitiva, garantía de estabilidad para todos. El sector primario se presenta como garantía de crecimiento sostenible en un escenario en el que cada vez será más importante y complejo asegurar una fuente de sustento. El agricultor es la primera y última línea de defensa ante los retos que plantea la emergencia climática, el aumento de población y crisis puntuales, y sólo apostando por su trabajo podremos garantizar la seguridad alimentaria para todos.
En el futuro, será necesario desarrollar tecnologías agrícolas capaces de optimizar la productividad de cultivos, permitiendo producir más con menos recursos. La optimización de recursos agrícolas es un paso esencial para garantizar el acceso a una alimentación sana, variada y suficiente, en cualquier circunstancia. Es importante dotar al agricultor con las soluciones adecuadas para responder a los retos que plantea el futuro de la alimentación.