¿Sabes en qué consiste exactamente la Política Agrícola Común de la Unión Europea? ¿Cuáles son sus principios y objetivos primordiales? ¿Sus ámbitos de actuación destacados? ¿Cómo funciona la financiación de la política agraria europea?
En este artículo te respondemos cada una de estas cuestiones e inquietudes, así como los desafíos actuales y futuros a los que se enfrenta la Política Agrícola Común de la UE
En este artículo te respondemos cada una de estas cuestiones e inquietudes, así como los desafíos actuales y futuros a los que se enfrenta la Política Agrícola Común de la UE
¿Qué es la Política Agrícola Común de la Unión Europea?
La Política Agrícola Común (PAC) es un conjunto de leyes adoptadas por la Unión Europea, creadas en 1962 por los seis países fundadores de la UE, con el objetivo de constituir una política unificada en materia de agricultura. La Política Agrícola Común es, curiosamente, la política más antigua de la UE y sin lugar a dudas, una de las más trascendentes de Europa.
Objetivos de la Política Agrícola Común
La política agraria europea, tal y como refleja el Tratado de Roma constitutivo de la Comunidad Económica Europea en 1957, tiene por objeto: proporcionar alimentos a precios razonables y seguros (por ejemplo, a través de la trazabilidad) a los ciudadanos de la UE, garantizar un nivel de vida equitativo a los agricultores y agricultoras (mediante el incremento de su renta individual), así como hacer un uso consciente de los recursos naturales y respetar el medioambiente.
Dicha política agraria también aboga por cumplir las siguientes metas:
Dar soporte a la población agrícola para producir suficientes alimentos para Europa.
Proteger a los que trabajan en agricultura de la volatilidad de precios y las crisis de mercado.
Ayudar a los agricultores a invertir en la modernización de sus explotaciones agrarias.
Promover comunidades rurales viables, con economías diversificadas.
Incentivar y mantener los puestos de empleo en la industria alimentaria.
Ayudar a los consumidores a seleccionar los alimentos con conocimiento de causa. ¿Cómo se implementa esta medida? La Política Agrícola Común de la Unión Europea ha introducido sistemas de etiquetado de calidad estándares que obligan a los fabricantes a facilitar información de valor a los compradores: origen geográfico, uso de ingredientes o métodos tradicionales, entre otros aspectos.
Fomentar la innovación en materia agrícola, gracias a los proyectos de investigación europeos, con el fin de aumentar la productividad y reducir el impacto medioambiental. Por ejemplo, a través de la reutilización de los residuos de las cosechas para generar energía.
Impulsar las relaciones comerciales equitativas con los países en desarrollo, facilitando las exportaciones con destino a la Unión Europea desde esos territorios.
Proteger a los que trabajan en agricultura de la volatilidad de precios y las crisis de mercado.
Ayudar a los agricultores a invertir en la modernización de sus explotaciones agrarias.
Promover comunidades rurales viables, con economías diversificadas.
Incentivar y mantener los puestos de empleo en la industria alimentaria.
Ayudar a los consumidores a seleccionar los alimentos con conocimiento de causa. ¿Cómo se implementa esta medida? La Política Agrícola Común de la Unión Europea ha introducido sistemas de etiquetado de calidad estándares que obligan a los fabricantes a facilitar información de valor a los compradores: origen geográfico, uso de ingredientes o métodos tradicionales, entre otros aspectos.
Fomentar la innovación en materia agrícola, gracias a los proyectos de investigación europeos, con el fin de aumentar la productividad y reducir el impacto medioambiental. Por ejemplo, a través de la reutilización de los residuos de las cosechas para generar energía.
Impulsar las relaciones comerciales equitativas con los países en desarrollo, facilitando las exportaciones con destino a la Unión Europea desde esos territorios.
Los 3 ámbitos de la Política Agrícola Común de la UE
El funcionamiento diario de la política agraria europea, competencia exclusiva de sus estados miembros, se divide en tres ejes diferentes:
1. Ayudas directas:
Se trata de pagos abonados directamente a los trabajadores/as agrícolas para garantizar que cumplen las normas medioambientales, de seguridad alimentaria y bienestar animal. De hecho, todos aquellos agricultores/as que no cumplan los requisitos mínimos en los ámbitos de salud pública y de respeto por el entorno natural, reciben una cuantía menor o incluso no llegan a recibir esta subvención.
2. Medidas de mercado:
La Política Agrícola Común reúne una serie de normas que permiten contrarrestar la alta volatilidad de los precios en los mercados agrícolas de la Unión Europea. A su vez, la Organización Común de Mercados (OCM), trabaja para garantizar la disponibilidad, diversidad, asequibilidad y seguridad de sus productos agrícolas.
3. Desarrollo rural:
La política agraria de la Unión Europea defiende una serie de medidas que promueven el desarrollo de las comunidades rurales y el incremento de la competitividad del sector agrícola. Por ejemplo: inversiones en conectividad y servicios fundamentales para dinamizar las zonas rurales, fomentar las nuevas tecnologías para modernizar las explotaciones agrícolas, mitigar el cambio climático, así como velar por el relevo generacional en la agricultura.
Financiación de la agricultura europea
Las decisiones y las ayudas en materia de financiación son responsabilidad de la Unión Europea en su conjunto. ¿Por qué? Porque la política agrícola es uno de los pocos sectores en los que la UE centralizó plenamente sus competencias, además de la financiación pública necesaria. El Consejo de la UE y el Parlamento Europeo fijan el presupuesto anualmente.
En la actualidad, absorbe aproximadamente el 40% del presupuesto de la Unión Europea. En realidad, solo supone el 1% de todo el gasto público de la UE.
En la actualidad, absorbe aproximadamente el 40% del presupuesto de la Unión Europea. En realidad, solo supone el 1% de todo el gasto público de la UE.
Retos futuros de la Política Agrícola Común de la Unión Europea
Cincuenta años después de su creación, la política agraria europea se enfrenta a nuevos desafíos, siempre atendiendo a las cambiantes necesidades de los agricultores/as, consumidores/as y del entorno en el que vivimos. De hecho, a largo plazo, la política agraria lucha por los siguientes retos:
Incrementar la producción mundial de alimentos y su seguridad.Así, para poder hacer frente a la tendencia creciente de la población y al aumento del consumo de productos animales entre las personas con más renta, la producción deberá duplicarse de aquí a 2.050.
Abordar los problemas relacionados con el cambio climático como, por ejemplo: el deterioro de la calidad del suelo y del agua o la pérdida de la biodiversidad, entre otros. Todo ello deberá plantearse desde una óptica basada en la gestión sostenible de los recursos naturales.
Mantener una economía rural viva, promoviendo políticas de conservación del paisaje y producción sostenible en todo el territorio de la Unión Europea.
Para poder alcanzar estas metas, la Política Agrícola Común de la Unión Europea se encarga de asesorar acerca de la inversión e innovación que deben realizar los trabajadores y trabajadoras agrícolas.
Abordar los problemas relacionados con el cambio climático como, por ejemplo: el deterioro de la calidad del suelo y del agua o la pérdida de la biodiversidad, entre otros. Todo ello deberá plantearse desde una óptica basada en la gestión sostenible de los recursos naturales.
Mantener una economía rural viva, promoviendo políticas de conservación del paisaje y producción sostenible en todo el territorio de la Unión Europea.
Para poder alcanzar estas metas, la Política Agrícola Común de la Unión Europea se encarga de asesorar acerca de la inversión e innovación que deben realizar los trabajadores y trabajadoras agrícolas.