La mejor ‘póliza’ para rentabilizar los cultivos

La queja del sector radica en que son numerosos los cultivos cuyo precio apenas ha variado en los últimos 30 años, lo que apenas compensa los costes de producción, dificulta la supervivencia y cierra las puertas de un sonoro portazo al necesario relevo generacional.


Ya hay cultivos ‘estrellas’ estancados


El cereal, principal cultivo de secano en España, ha culminado una campaña con unas pérdidas superiores a los 500 millones de euros, a pesar del aumento del volumen cosechado, con un incremento superior al 40% respecto al año pasado, gracias a las condiciones climatológicas favorables, que han mejorado los 2.340 kilos por hectárea de 2019 hasta alcanzar un rendimiento de 4.020 kilos/hectárea.


El olivar, otra de las producciones estrella nacionales, también arrastra la pesada losa de los bajos precios como consecuencia, en gran parte, de la falta de concentración de la oferta y el escaso protagonismo de los agricultores, cooperativistas en la mayoría de los casos, a la hora de comercializar el producto y canalizarlo sin intermediarios hasta el consumidor final, lo que ha provocado un estancamiento prácticamente perpetuo de la cotización del aceite de oliva en origen, a pesar de estar considerado uno de los mejores del mundo.


Ante esta tesitura, son muchos los agricultores que se han lanzado a diversificar su actividad, llegando, incluso, a trabajar en otros sectores como la hostelería para compensar la merma de ingresos anuales. Sin embargo, hay otras alternativas para mantener e incrementar la rentabilidad de sus explotaciones sin tener que abandonar su sector en el que muchos de ellos suman varias generaciones. Se trata de apostar por cultivos con un mayor valor en los mercados, que pueden desarrollarse en una amplia extensión del territorio español, en función de sus condiciones climáticas, edafológicas, así como de disponibilidad de recursos hídricos.


En busca de más valor añadido


Estos cultivos son, entre otros, el almendro y el pistacho cuyas producciones en régimen de regadío garantizan unos ratios de producción mayores, lo que, unido a las mejores cotizaciones de sus frutos, sobre todo, aquellos que se obtienen bajo un sistema de producción ecológico, supone dos factores fundamentales para alcanzar el éxito. Además, existe un gran margen de mejora en las explotaciones de nogal y aguacate en zonas concretas del territorio español. Se trata de un desafío al alcance de la mano si se lleva a cabo junto al aliado adecuado, un socio tecnológico que facilita la toma de decisiones y allana el camino.


En ese sentido, Agbar Agriculture se ha posicionado como partner estratégico para el desarrollo de estos proyectos en territorios como Andalucía, Extremadura, la Región de Murcia, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, La Rioja, Aragón, Catalunya y Navarra, donde se aúnan las condiciones adecuadas para la plantación de almendro, pistacho, olivar, nogal y aguacate, cada uno en su zona, llevando a cabo la gestión de todos los servicios y con sistemas personalizados y automatizados de riego. Esta combinación permite obtener rangos de producción rentables, a pesar de la escasez de recursos hídricos de algunos territorios o del precio del agua, además de convivir con las bajas temperaturas, evitando los riesgos y las pérdidas ante posibles heladas primaverales.


Por zonas, Suez Agriculture está especializada en cultivos de alto valor en Huelva y el sur de Portugal, donde se centra en el manejo agronómico de berries; en Córdoba, Granada, Málaga, Almería y Extremadura, principalmente, se centra en proyectos de almendro y olivo, por un lado, y de nogal y aguacate, por otro; en Alicante y Valencia, almendro y olivo; en la Región de Murcia, almendro, pistacho y olivo; en Albacete, Toledo, Ciudad Real y Cuenca, almendro y pistacho; y en Lleida, Zaragoza, Huesca, La Rioja y Navarra, pone el foco en almendro y olivo.


Entre las principales ventajas de apostar por el pistacho y el almendro se encuentran las buenas cotizaciones que vienen presentando a lo largo de los últimos años. El pistacho es capaz de desarrollarse en condiciones climatológicas adversas, cuya superficie no ha dejado de crecer en España en los últimos años gracias a que cuenta con una creciente demanda internacional. Según el Ministerio de Agricultura, el territorio nacional cuenta con más de 29.000 hectáreas de este fruto seco, cifra que aumentó un 40% en sólo un año y un 300% en los últimos cinco años. El auge de la demanda de este fruto seco está provocando la necesidad de apostar por mejorar su tecnificación. Castilla-La Mancha concentra más del 70% de la producción de pistacho español, seguida de Andalucía y Extremadura.


Análisis, uno a uno


La almendra, por su parte, es un fruto seco consolidado en España, cuya superficie de cultivo supera las 657.000 hectáreas, una cifra que ha crecido un 25% en el último año, lo que significa que es un fruto seco que sigue despertando el interés de los productores. La clave del almendro, para mejorar sus cifras, pasa por el regadío. En la actualidad, el 90% se desarrolla en secano, lo que reduce notablemente la productividad, aunque su cultivo está más directamente relacionado con el desarrollo social y medioambiental de estos territorios, mientras que los que se trabajan con técnicas de riego son plantaciones intensivas o superintensivas que tienen detrás a grandes corporaciones y empresas con capacidad tecnológia, por lo que obtienen rendimientos medios de 2.000 kilos por hectáreas, frente a los 150-500 kilos de las zonas de secano. Andalucía lidera la superficie de este tipo de explotaciones, con Granada al frente, que luce 96.000 hectáreas, seguida de Almería, con casi 50.000. Las nuevas plantaciones, según recoge el Ministerio del ramo, se están focalizando, principalmente, en Castilla-La Mancha, seguidas de Andalucía, la Región de Murcia y Aragón.


El aceite de oliva continúa con su particular senda de bajos precios, por lo que la mejora de la rentabilidad del olivo pasa por mejorar el modelo de plantación, hacia cultivos más intensivos, para compensar la inversión con una producción más temprana, acompañada de la necesaria mecanización de los procesos, implementando sistemas de riego, fertilización, poda, recolección, así como un adecuado marco de plantación, con materia prima certificada, lo que puede llegar a multiplicar por cuatro la capacidad de producción de una explotación.


El nogal roza ya las 16.000 hectáreas de superficie cultivada en España, según datos del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), con un crecimiento constante a lo largo de los últimos años. Llama la atención que el manejo en secano apenas se ha incrementado en la última década, estancado en menos de 4.000 hectáreas, mientras que las explotaciones en regadío no han dejado de aumentar y prácticamente se han duplicado, rozando las 8.000 hectáreas. Su fruto seco es muy apreciado para el consumidor nacional y sus productores tienen capacidad para suministrar un tercio de las nueces que se demandan, por lo que, según los expertos, se necesitan al menos 8.000 hectáreas más para abastecerlo al 100%. Para una correcta explotación, se requiere poner especial cuidado en las heladas tempranas y tardías, las granizadas, la elección de la variedad más adecuada según la zona climatológica y un óptimo sistema de riego.


El aguacate es un cultivo en expansión en España, que ya supera las 13.000 hectáreas de superficie, concentrándose en su mayoría en la conocida como costa tropical de Granada y la Axarquía de Málaga, que luce más de 11.000 hectáreas, aunque también se viene estableciendo con fuerza en las Islas Canarias, la Comunidad Valenciana e, incluso, Huelva, Cádiz y Almería. Su atractivo precio en origen llama la atención de los agricultores, si bien han de estar precavidos ante el auge que está experimentando en Marruecos y Portugal, como zonas más cercanas, así como la creciente tendencia de las importaciones procedentes de Perú, Sudáfrica, México y Colombia. El clima subtropical granadino y malagueño convierte a estas zonas en ideales para su desarrollo, un factor que puede replicarse en cultivos bajo plástico, vigilando adecuadamente el consumo de agua y de energía.


Para desarrollar con éxito este tipo de proyectos, los expertos aconsejan estudiar minuciosamente los condicionantes de la zona en la que se van a plantar, tanto los factores agroclimáticos como los costes estimados, así como la horquilla de precios de venta en la que se mueve el mercado. Y para ello, nada mejor que contar con asesoramiento técnico especializado para obtener el máximo rendimiento tanto de las fincas como del esfuerzo empleado en su cultivo. Si asegurar un cultivo es importante, asegurarse su buena marcha, también. Y ahí Agbar Agriculture es la mejor póliza para el agricultor.