El cultivo de almendro en España es una actividad rentable, tal y como lo demuestran las cifras que maneja. En los últimos siete años, la superficie dedicada a cultivar este fruto seco ha aumentado en 217.000 hectáreas, de las que casi la mitad, en concreto, el 40%, son explotaciones en régimen de regadío, tal y como recoge el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Este auge de la implantación de sistemas de riego responde a la necesidad de mejorar la productividad y la rentabilidad del cultivo de almendro.
En total, el área destinada a almendro en el territorio español sobrepasa las 756.000 hectáreas, de las que casi la cuarta parte, casi 170.000 hectáreas, se cultivan en regadío. Con estos datos de partida, la campaña de almendro 2022/2023 se espera que registre un aumento del 50% respecto a la media de los últimos tres años, según estima la Mesa Nacional de Frutos Secos. Con esta previsión, se calcula que la cosecha de almendra este año supere las 120.000 toneladas, gracias a la entrada en producción de más de 16.000 hectáreas.
A estos nuevos almendros en producción se sumarán otras 170.000 hectáreas que corresponden a plantaciones jóvenes que comenzarán a producir a escala comercial en los próximos años, lo que contribuirá a incrementar aún más la capacidad productiva de almendra en España.
La sequía, uno de los grandes retos
La creciente apuesta por el regadío, además de para mejorar la productividad y la rentabilidad del cultivo, es producto de la necesidad de luchar contra la sequía, uno de los grandes retos de este sector, pues el año pasado, la falta de lluvias provocó una importante merma en la cosecha de almendra. De ahí que la mayoría de las nuevas hectáreas cultivadas sean de regadío, implantadas, principalmente, en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Por ello, desde Agbar Agriculture somos especialistas en asesoramiento estratégico integral para la puesta en marcha y el desarrollo con éxito de este tipo de proyectos, en los que, además de una buena planificación para la correcta ubicación geográfica de la explotación, en una zona con acceso a recursos hídricos, nos encargamos de todas las fases para la instalación de un adecuado sistema de riego y fertirriego, que haga un uso eficiente del agua disponible.
Además, para afrontar con garantías la escasez de lluvias bajo un modelo de producción sostenible, los productores de almendro están apostando por la plantación de variedades más rústicas y resistentes a la sequía, a la vez que aguantan mejor las bajas temperaturas, para reducir el riesgo por heladas. Por este motivo, es fundamental la colaboración entre empresas privadas e instituciones públicas de referencia en el cultivo de almendro, entre ellas, el CEBAS-CSIC (Murcia), el CITA (Aragón) y el IRTA (Cataluña), para el continuo desarrollo e investigación de nuevos materiales enfocados a la mejor adaptación posible al terreno, así como a las cambiantes condiciones climáticas, autofértiles y en equilibrio con una buena productividad.
Para reducir los costes y mejorar la capacidad productiva de las explotaciones, también es esencial apostar por la modernización de los cultivos y los procesos, mediante la implantación de tecnología y la apuesta por la digitalización, para que al productor le resulte más fácil la toma de decisiones en la gestión de la finca a nivel agronómico, así como en materia de prevención y control de plagas, gracias al uso de sensores, drones para recabar datos en tiempo real, big data, inteligencia artificial, internet de las cosas o mecanización y automatización de procesos, entre otras herramientas.