La comunicación siempre ha jugado un papel fundamental para poner en valor el trabajo que realiza el sector agroalimentario. Bajo un punto de vista técnico, la mayoría de las empresas, principalmente, a partir de cierto tamaño, necesitan un departamento específico de Comunicación. Se trata de un área estratégica, que debe trabajar de forma conjunta con la de Marketing y, en algunos casos, conforman un solo gabinete denominado Comunicación y Marketing. Entre ambas parcelas se complementan para dar a conocer las acciones y los proyectos de una empresa agroalimentaria, construyendo y consolidando la imagen de marca ante el público, ya sean clientes, prescriptores o la sociedad en general. El marketing vende y la comunicación convence.
Hasta hace unos años, resultaba casi anecdótico que una compañía agroalimentaria pudiese contar con una estrategia de comunicación, principalmente, porque se consideraba un gasto, en lugar de una inversión. Por si fuera poco, era visto como un gasto innecesario, bajo la falsa premisa de que “un buen producto se vende solo”.
Auge de la comunicación agroalimentaria en la actualidad
Sin embargo, en la actualidad, el sector agroalimentario invierte cada vez más en comunicación. Los responsables de las empresas, quienes tienen el poder de decisión, se han dado cuenta de la importancia que posee una adecuada estrategia de comunicación, bien planificada y ejecutada, como si se tratase de un cultivo, porque su inversión siempre retorna a la cuenta de resultados.
Durante la pandemia mundial cuyas consecuencias aún estamos padeciendo, el sector agroalimentario ha sido capaz de mostrar al mundo su capacidad de adaptación y su resiliencia, así como su papel estratégico en la sociedad, abasteciendo de alimentos a la población, incluso, durante el periodo más duro del confinamiento. Todo ello, lo ha llevado a cabo con absolutas garantías de seguridad e higiene sanitarias y sin trasladar los riesgos derivados de esta gestión a los precios de los productos. Unido a su histórica pujanza exportadora y a los beneficios nutricionales y saludables que proporcionan los alimentos producidos por nuestros agricultores de forma sostenible, desde el punto de vista económico, social y medioambiental. Ingredientes que, sin duda, conforman la mejor materia prima posible para llevar a cabo un plan de comunicación.
Periodistas expertos: Clave en la comunicación
Al igual que la sociedad debe contar con periodistas expertos en agroalimentación para que transmitan con precisión las mejoras y los avances que está acometiendo el sector, así como los desafíos a los que debe hacer frente, las empresas agroalimentarias han de apostar por este tipo de profesionales para poner en valor el trabajo de las compañías y acercarlo a la sociedad de forma clara y sencilla, contribuyendo a incrementar la visibilidad, generar confianza y seguridad entre los usuarios y reforzar la imagen de marca, aumentando la cifra de clientes e impulsando las ventas.
En la actualidad, vivimos en plena era digital y la comunicación ha de adaptarse a los nuevos desafíos y a las nuevas formas de relacionarse con el cliente y el prescriptor. Las redes sociales han ejercido un papel fundamental para acercarnos al usuario en los últimos años, pero estamos alcanzando una fase de madurez por parte de estas redes en la que se hace necesario dar un paso más que permita conectar e interactuar aún más y mejor, ofreciendo más cercanía y proximidad, con una respuesta más rápida y con un lenguaje más cercano. Se trata de resolver las inquietudes del usuario y, sobre todo, de activar iniciativas que impulsen la experiencia del cliente y muevan sus emociones.
En los últimos años, son muchas las empresas que no se centran en comercializar únicamente su producto. También nos transmiten, a través de estratégicas campañas de comunicación, perfectamente diseñadas, un mensaje que se centra en los sentimientos y las emociones. Este es otro importante paso que debe dar el sector agroalimentario en materia de comunicación y marketing digital, en busca de las mejores fórmulas y las herramientas más adecuadas para disparar la conexión emocional que le une con el cliente y obtener aún mejores resultados.
Todo ello, requerirá trabajo, esfuerzo e inversión, además de la implicación de los diferentes departamentos de la empresa, de forma que se consiga homogeneizar un mensaje único y claro, que apunte en una sola dirección y esté enfocado al cumplimiento de los objetivos de la compañía. Y la inversión, sin duda, retornará multiplicada, reforzando y consolidando la imagen de marca y de la empresa.