A medida que los efectos del cambio climático se intensifican y la disponibilidad de agua disminuye, su demanda se mantiene e incluso aumenta. Según la FAO, en España, alrededor del 80% del consumo de agua se destina al riego de cultivos, y el país enfrenta riesgos significativos de desertificación y sobreexplotación de sus recursos hídricos.
En un contexto en el que el agua se vuelve un recurso cada vez más valioso, técnicas como el riego deficitario controlado (RDC) pueden ser una solución efectiva para optimizar su uso en la agricultura. Conocer esta técnica y saber utilizarla es muy importante en caso de baja disponibilidad o reducción de dotaciones de riego.
¿Qué es el Riego Deficitario?
El riego deficitario controlado (RDC) es una técnica agrícola que consiste en administrar deliberadamente menos agua, con el objetivo de inducir un leve estrés hídrico controlado. Este método, que se generalizó en España a mediados de la década de 1980, ha demostrado ser eficaz en diversos frutales, como el melocotonero, almendro, ciruelo, albaricoquero, olivar y pistacho.
Fisiológicamente, el RDC se basa en que el estrés hídrico inducido puede cerrar los estomas de las plantas, reduciendo la transpiración más que la fotosíntesis neta. Esto se logra al reducir los aportes hídricos en periodos fenológicos no críticos, asegurando que la planta reciba suficiente agua durante los períodos críticos del ciclo de cultivo.
Beneficios del Riego Deficitario Controlado
- Mejora del sistema radicular: Fomenta el desarrollo de raíces más profundas y robustas, permitiendo a las plantas acceder a agua y nutrientes en capas más profundas del suelo y mejorando su resistencia a condiciones climáticas adversas.
- Mayor eficiencia en el uso del agua: Promueve una gestión más eficiente de los recursos hídricos, especialmente relevante en regiones con escasez de agua.
- Control del crecimiento vegetativo: Ayuda a regular el vigor sin comprometer la producción de fruto, optimizando la distribución de recursos hacia la producción de fruto de alta calidad.
- Mejora de la calidad del fruto: Moderar el crecimiento vegetativo puede aumentar la concentración de azúcares y otros compuestos beneficiosos en el fruto, mejorando su sabor y valor comercial.
- Sostenibilidad y reducción de costes: Beneficia al agricultor en términos de costos operativos y contribuye a la conservación de los recursos naturales. Reduce la huella hídrica y la de carbono asociadas al riego.
¿Qué hay que tener en cuenta?
Para implementar con éxito el RDC es necesario considerar:
- Características del suelo: Suelos con baja capacidad de retención hídrica facilitan la inducción de estrés hídrico.
- Sistema de riego: Sistemas de riego localizado, como el riego por goteo, son ideales para aplicar volúmenes reducidos y pueden ser automatizados.
- Características del clima: Es necesario asegurarse de que hay un tiempo suficiente de déficit hídrico para obtener los resultados esperados.
- Resistencia a la sequía: La capacidad del cultivo para crecer bajo condiciones de déficit hídrico es crucial.
- Períodos críticos del cultivo: El RDC debe implementarse en periodos no críticos para minimizar el impacto negativo en la producción y calidad de la cosecha.
- Digitalización. Contar con sondas de humedad de suelo, dendrómetros y otro tipo de sensores, ayuda a interpretar el nivel de estrés del cultivo y su actividad para aplicar esta técnica de una forma más segura y precisa.
Perspectivas de Futuro
El riego deficitario controlado representa un avance significativo en la agricultura, ofreciendo beneficios tanto en términos de productividad como en la conservación de recursos naturales. Al adoptar esta práctica, los agricultores pueden mejorar la eficiencia de sus operaciones y fortalecer la resiliencia de sus cultivos frente a desafíos ambientales.
Con un enfoque equilibrado, el RDC tiene el potencial de revolucionar la agricultura sostenible, optimizando el uso del agua y mejorando la calidad y rendimiento de la producción.