La Covid-19, la escasez de suministros y materias primas por los problemas logísticos internacionales, la invasión rusa de Ucrania, la inflación, el incremento de los precios de la energía, los insumos y los alimentos, la merma de la rentabilidad de los agricultores, la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores…
Todo ello genera incertidumbre sobre la situación actual y sobre el futuro que nos espera a corto y medio plazo, poniendo en jaque a autoridades financieras y gubernamentales, obstaculizando la salida de la crisis, al torpedear los cimientos de la recuperación económica tras la pandemia mundial y minar la confianza de los inversores a la hora de tomar decisiones sobre qué proyectos son los más interesantes para dirigir su capital hacia ellos.
Para poder decidir con un mayor margen de seguridad, los inversores se apoyan, principalmente, en la experiencia y la sabiduría de técnicos pertenecientes a empresas especializadas, en función de su ámbito de actuación en el que tengan previsto invertir.
Además, si van a poner en marcha un proyecto, por ejemplo, una explotación agrícola de un determinado cultivo, el mecanismo más razonable para minimizar los riesgos y reducir el margen de error consiste en llevarlo a cabo recibiendo asesoramiento en todas y cada una de las fases de la iniciativa, desde el apoyo para la obtención de financiación en las mejores condiciones posibles, pasando por el ahorro de costes mediante la apuesta por aquellas energías renovables que sean viables, la elección más adecuada de la ubicación y la preparación del terreno, la plantación con la mejor semilla, la instalación y adopción de un plan de riego acorde con las necesidades del cultivo y la disponibilidad de agua, las labores de fertilización y poda, la prevención y control de plagas y enfermedades, así como la recolección.
De esta forma, para gestionar un proyecto de explotación agrícola en tiempos de incertidumbre como los que vivimos en la actualidad, es fundamental contar con el apoyo y el acompañamiento, en todo momento, de un aliado estratégico que guíe nuestros pasos a lo largo de la hoja de ruta del cultivo. Será la mejor estrategia para obtener una adecuada rentabilidad para nuestra inversión.
