El 31 de julio conmemoramos el Día Internacional del Aguacate, una celebración a la que nos sumamos para sensibilizar a productores y consumidores acerca de la importancia de este cultivo considerado de alto valor, por su carácter estratégico y con potencial para generar una importante rentabilidad, gracias a su comportamiento favorable en los mercados, con una demanda creciente, y las cotizaciones que viene arrojando en las últimas campañas.
El aguacate está reconocido como un ‘súper alimento’ por las numerosas propiedades ventajosas que conlleva su ingesta. Al contener una importante cantidad de ácidos grasos monoinsaturados y polinsaturados, ayuda a mantener los niveles de colesterol reduciendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. También es un aliado en las dietas de adelgazamiento y, gracias a su alto contenido en proteínas de alta calidad biológica (potasio y zinc, principalmente), es un buen alimento para los deportistas, pues ayuda a reparar la masa muscular, previene daños en las articulaciones y posee un elevado poder antiinflamatorio. Posee una gran cantidad de vitaminas que aportan hidratación y luminosidad a la piel, previniendo el envejecimiento y aumentando la función cognitiva, a través de su elevado contenido en antioxidantes, además de ser beneficioso para un correcto embarazo, por su gran cantidad de ácido fólico, aceites y fibras.
El aguacate, en cifras
La producción mundial de aguacate no ha parado de aumentar en los últimos años para satisfacer la demanda internacional creciente, con Estados Unidos como gran consumidor en el mundo, seguido de la Unión Europea. El volumen de aguacate cultivado a escala mundial supera los 7 millones de toneladas, con México como principal productor, con una superficie plantada superior a las 200.000 hectáreas, que arrojan una producción anual por encima de los 2 millones de toneladas.
España ha experimentado un importante posicionamiento en la comercialización de aguacate con destino al mercado europeo, donde ya cuenta con una cuota de un 15%. Sus principales competidores son Perú, Sudáfrica, México y Colombia, procedentes del otro lado del Atlántico, así como Marruecos y Portugal, como países más cercanos.
Entre 2018 y 2021, la superficie dedicada al cultivo de aguacate en España ha crecido casi un 35%, hasta situarse en 20.485 hectáreas, con Andalucía como líder destacada, con 16.171 hectáreas, seguida de la Comunidad Valenciana, con 2.835; Canarias, que cuenta con 1.469, según la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esyrce) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Las explotaciones de aguacate se han focalizado históricamente en Málaga y Granada, junto a Canarias. Con el auge de la demanda y las buenas cotizaciones en origen como cultivo de alto valor, comenzaron a instalarse fincas por la Comunidad Valenciana, así como por las provincias de Huelva y Cádiz, todas ellas, en territorios con unas condiciones climáticas favorables para su desarrollo, principalmente, un clima suave, con unas temperaturas que no superen los 30 grados centígrados ni caigan por debajo de los 4.
El aguacate es el fruto subtropical con mayor superficie en España, seguido por el mango, la chirimoya y el níspero, a los que se suman otros como la papaya, el caqui o el litchi, que van creciendo año tras año. Originario de las zonas altas del sur de México y el norte de Guatemala, el aguacate es, junto a la chirimoya, el primer cultivo subtropical que se introdujo en territorio nacional, datado a principios del siglo XVII, con constancia escrita de este tipo de árbol en el Jardín Botánico de Valencia y, más adelante, cerca del siglo XVIII, con alguna plantación en la provincia de Málaga, aunque no fue hasta el primer cuarto del siglo XX cuando empezó a cultivarse de forma comercial en la provincia malagueña.
Las diferentes zonas productivas existentes en España hacen que nuestro país cuente con la ventaja competitiva de ofrecer aguacate al mercado prácticamente durante los doce meses del año, aunque la campaña se concentra entre los meses de octubre y mayo con las variedades Hass (aglutina más del 80% de la producción andaluza y es la más comercializada por la gran distribución), Bacon y Fuerte, que se completa posteriormente con Lamb Hass y Reed.
Una oportunidad de futuro
En la última campaña, los precios se han reducido en comparación con los años anteriores, debido al gran volumen de producción mundial, con aumentos considerables en Perú y Colombia, además de que Europa ha tenido que absorber el aguacate que hasta ahora iba destinado a Rusia, lo que ha propiciado un exceso de oferta.
En este cultivo, la optimización de los recursos productivos, entre ellos, la disponibilidad de agua, juega un papel fundamental que se traducirá en la rentabilidad futura, de ahí la importancia de que el agricultor sea capaz de gestionar de forma óptima el riego, con la menor huella hídrica posible, gracias a una ejecución correcta del proyecto y una adecuada gestión de la explotación.
La situación fitosanitaria de este cultivo en España, con pocas plagas y enfermedades, permite una producción prácticamente libre de tratamientos químicos, lo que facilita su comercialización a un mejor precio, abriendo las puertas al impulso y consolidación de la producción ecológica, frente a países productores que utilizan masivamente productos químicos.
Otro valor añadido para una mejor comercialización del aguacate radica en el reconocimiento que está gestionando el sector productor en España para lograr la aprobación de una indicación geográfica protegida, bajo la marca de calidad ‘Aguacates de España’, así como una interprofesional de carácter suprarregional con todo el sector productor y comercializador, con el objetivo de reforzar el posicionamiento del aguacate e incrementar su diferenciación en los mercados, dos medidas que se viene reclamando desde hace años y que el propio sector prevé que estén operativas en 2023.
